• Las experiencias compartidas por las personas participantes muestran que el cáncer impacta de manera profunda, multidimensional y sostenida en la sexualidad. Este impacto abarca desde cambios físicos y hormonales hasta alteraciones emocionales y relacionales que condicionan la vivencia íntima tras el diagnóstico.

  • Entre los aspectos más mencionados destacan la afectación en la autoimagen, la necesidad de resignificar la sexualidad y la intimidad, y la sensación de falta de apoyo e información por parte del sistema sanitario y del entorno social. Muchas personas expresan dificultades para hablar de sexualidad con profesionales de referencia o acceder a recursos especializados.

  • El estudio también revela que la vivencia sexual durante y después del cáncer está profundamente marcada por factores psicológicos, sociales y de relación, lo que subraya la necesidad de abordajes integrales que contemplen el cuerpo, las emociones y el contexto de cada persona.

  • En conjunto, los hallazgos evidencian la urgencia de incorporar la salud sexual como parte esencial de la atención oncológica, más allá de la noción de pérdida o disfunción. Ofrecer acompañamiento respetuoso, información accesible y espacios seguros para hablar de sexualidad resulta clave para mejorar el bienestar, la calidad de vida y la recuperación emocional de pacientes y supervivientes de cáncer.