Una de las principales conclusiones que se desprenden del informe es que un 42% de las enfermas con trabajo antes del cáncer de mama han perdido casi todos sus ingresos; algo que provoca una situación económica severa en el 21% de los hogares, y que muchas pacientes (un 4%) afrontan sin ningún tipo de soporte familiar. Si, además, tenemos en cuenta el escenario post-COVID, el porcentaje de mujeres en situación económica severa podría aumentar hasta el 50%.
Y es que, en total, entre gastos directos, ocultos y pérdida de ingresos por bajas, despidos y reducciones de horarios, se calcula que el cáncer de mama puede llegar a tener un coste de hasta 42.000 euros. Cerca de 9.200 euros corresponderían a gastos directos como productos farmacéuticos o servicios médicos sanitarios. Concretamente, el 96% de las pacientes ha gastado una media de 3.590 euros en gastos médicos como servicios de nutrición, pruebas y consultas en la sanidad privada, servicios de psicología o rehabilitación, entre otros.