La mitad de las mujeres encuestadas con edad de inclusión en el programa de cribado de cáncer de mama, entre 51 y 70 años, fueron diagnosticadas tras notarse un bulto, mientras que la otra mitad lo fue durante una revisión médica o a través de un programa de detección precoz. Al preguntarles por el momento del diagnóstico, las pacientes recuerdan como necesidad principal más frecuente el poder disponer de más información médica sobre su caso, las pruebas diagnósticas y los posibles tratamientos.

 

Información recibida

 

Otro aspecto importante es el tiempo transcurrido entre la sospecha de un posible cáncer y el inicio del tratamiento, y aquí un 52,3% de las encuestadas declaró que había pasado menos de un mes, frente al 45,8% de pacientes que declararon haber tenido que esperar más de un mes.

La información previa a la cirugía es fundamental para reducir la ansiedad y aumentar el autocontrol, y en ese aspecto un 81,2% declaró haber recibido toda la información necesaria, frente al 16,3% de pacientes a las que les habría gustado disponer de información adicional sobre opciones, alternativas o secuelas, o bien una comunicación más cercana y cálida sobre la intervención que se les iba a realizar.

 

Tipo de tratamiento

 

En la atención a las mujeres pacientes de cáncer de mama es también decisivo el disponer de una atención multidisciplinar, ya que esto permite dar respuesta a todas las necesidades que puedan presentarse y tomar las decisiones óptimas en cuanto a intervenciones en el proceso de la enfermedad.

En este aspecto el 57,1% de las mujeres indica que su caso fue atendido por uno de estos equipos, el 10% confirma que no y el 32,9% lo desconoce. Además de los tratamientos médicos, el apoyo psicológico puede ser necesario. En este sentido, a casi la mitad de las mujeres no se les ofreció un servicio de psicología en el momento del diagnóstico.

 

Ayuda psicológica

 

Las mujeres con cáncer de mama disponen de otros recursos que podrían necesitar además de los estrictamente sanitarios. Así, el 34,7% de las encuestadas declaró no haber recibido ninguna información existencia de asociaciones de pacientes ni del tipo de apoyo que estas les podrían proporcionar. Cuando se les preguntó por el tipo de apoyo recibido a lo largo de la enfermedad, una de cada cuatro mujeres haberse sentido sola o desorientada.

En lo que respecta a las peores experiencias de la enfermedad, la mayor parte declaró que estas eran precisamente los efectos secundarios del tratamiento y el momento de comunicárselo a los hijos y al resto de la familia, lo que pone de manifiesto que, además de la necesidad de seguir mejorando técnicas y terapias menos agresivas, aún queda un largo camino a la hora de normalizar la percepción sobre el cáncer de mama.

En conclusión, el programa de cribado de cáncer de mama permite superar la enfermedad en la mayoría de los casos y realizar una cirugía conservadora. La información en el momento del diagnóstico se les proporciona de manera satisfactoria aunque todavía hay mujeres que necesitan aclarar dudas y recurren a otras fuentes como internet. La oferta de otros servicios o conocimiento de su existencia también presenta algunas carencias; la atención psicológica o las asociaciones de pacientes son un complemento que habrían necesitado muchas de ellas en algún momento del proceso, al menos para evitar que una de cada cuatro se sintiera sola, desorientada o sin apoyo.